domingo, 21 de junio de 2015
Y ahora resulta que la sangre debe detenerse en el momento preciso, derramarse en el sitio adecuado y beberla cuando todo haya acabado. En una esquina mi pudor reservado, obligado y atado a un comienzo, he invocado el olvido pero no puedo perder tantas veces la memoria, acompáñame a pisotear multiples veces la condena, búrlate del destino, pulveriza mi eterno retorno...
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