Cada paso que he dado flaquea algunas noches, pensando y recordando, sabiendo y aceptando la primera real verdad universal de mi vida, aun te amo y eso no ha de cambiar aun deseo que estés aquí y me obligo a odiarte por que se que tal vez jamas nos volvamos a sentir, me siento desesperado al ver como pasan los días siguiendo a los años, quiero que el tiempo termine con todo como lo hace siempre, pero esta vez algo se esta deteniendo en mi, en esa espera inconsciente y este amor inalcanzable y recurrente.
No veo la luz al final del túnel, no te veo ni quiero hacerlo, estoy obligado a odiarte como medio de defensa como ultima barrera, como ultima belleza, soltando las riendas de las emociones solitarias que me quedan y placeres inciertos, alimentando mis demonios internos que aun sobreviven, por que se que no has muerto pero dentro de mi aun hay luto, que supura oscuro y lento, como sangre de dragón quemando en secreto, ya he dejado de llorar y de quejarme pero se esta inundando mi valle interno, brota este espeso pantano todo mi odio propio e incierto.
Unos días soy solo una corriente de viento, otros sobre todo en la noche enloquezco y estallo en tornado y tormenta al mismo tiempo, y he comprendido que no dejar de quererte no es un cáncer es solo un pequeño de los pocos alientos una bocanada en el mar de hielo estoy en paz y a la vez incandescente, estoy aquí y a la vez inconsciente, estoy sin y ti a la vez tan presente, estoy en ti y en todo lo que viene...
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