sábado, 30 de septiembre de 2017

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No había nada en realidad, dejar atrás es solo un camino más, las luces y las sonrisas ya no son tan profundas, ya no iluminan como al principio de los tiempos, al principio de la melancolía, de los suspiros y de las ganas de sentir, el mismo principio de demolió la fe y que trajo la angustia la llama de causo el incendio y que no arrastra a lo que seremos el resto de nuestra adulta vida.

Pero definitivamente no quería saber de él, estaba asqueado de la desolación y de sentirme como hago sentir  a los demás, entonces los sueños han vuelto veo caras tan distintas pero las siento tan familiares, conozco la trama, la historia, los personajes, pero jamás había estado ahí, sentía sus emociones cada estallido se sensaciones. Me pregunto aun si la conexión es al azar o si ellos están en mi porque deben estar, sin duda es muy difícil retomar el control dentro del sueño y me di cuenta que dentro de mi vida es igual, soy espectador y una fuerza extraña formada por miles de razones, varias conciencias, miedos y espectros me llevan a actuar a decidir, a abandonar o a seguir.

He decidido quedarme quieto y ver como lo voraz del tiempo les alcanza usualmente el espejo no cambia muy a menudo, he decidido evadir la conciencia, su influencia, sus culpas e incluso su medida del tiempo, está siendo muy difícil absorber tanto silencio, desmedir el mal del bien y viceversa, la verdad en la mentira ajena, y la mentira en la verdad colectiva.

Mi cuerpo está sufriendo las consecuencias, algunos días parece que mi cabeza se desencaja, mi corazón de esa forma romántica también se ausenta, y dejo pasar todo tan rápido incluso la violencia que me encanta cuando explota, pero no ha mermado mi enorme deseo de ver como se consume el mundo.

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