Entonces me hablo de frente y no lo podía creer era como yo,
y sentí tanto odio el creador, el origen, el mal, el bien, el representante de
la fe era humano, lo que siempre renegué, a lo que siempre odie, era la misma
historia que cuando miras al espejo no puedes creer que tu cara se distorsione,
era simple y nadie quería ver la verdad, era más fácil actuar excusando nuestra
demencia natural.
jueves, 5 de octubre de 2017
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