Esa noche comenzamos de nuevo, y mientras la pasábamos bien,
recordé la historia, cuando estuve en el psiquiátrico, todos esos días tuve
pensamientos suicidas, quería terminar con todo, estaba sufriendo mucho. Me sentí
completamente solo en este mundo y casi lo hice, luego pensé en ti, y en cómo
me dejaste solo, allí, sin decir una palabra, ni una visita, no vi ni una
muestra de afecto en todo ese tiempo.
Querías separarte de mí, ¡admítelo!
En fin, el segundo mes me recompuse, borre los pensamientos
autodestructivos de mi mente y volqué mi energía en liberarme de todo el miedo
que me paralizaba. Fue muy difícil.
Luego me di cuenta de que esos miedos llenaban un vacío
interior, y esos miedos no se eliminaban sin llenar ese vacío con algo más.
Así que elegí vengarme, de ti.
Intentaste volverme loco, destruiste nuestra cercanía, y no
puedo perdonarte nada de eso. Pero pensar en vengarme, eso me curó.
Creíste que no debías tenerme miedo, que no podría lastimarte.
Pero ya lo hice.
Supe que no podía confiar en ti y debía quitarte de en medio.
Encontré mi fortaleza, solo quiero dos cosas en esta vida,
lo quiero todo para mí y quiero verte morir, ya logre la mitad.
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