martes, 21 de noviembre de 2017

descomunal



Y ya no se trata de lo que hemos vivido, si no dé a que hemos sobrevivido, cando me vuelvo a enamorar siento la necesidad de arrodillarme sobre grava y pedir que la sensación no se apague y que el objeto de deseo permanezca dentro, algunas de estas frías noches toco mi cuerpo expuesto al frio y aun así no deja de ser un malestar esta soledad, imagino taparme mientras duerma con una cobija mojada para distraer mi mente de esta falta de compañía, de esa incomodidad de extrañar la empatía construida.

Ningún silencio me ha quebrado tanto, ningún intento me ha desvanecido tan dentro, la percepción me está dejando, y la solemnidad me está invadiendo.

He tenido sueños donde enciendo velas y pido que vuelva, invoco los corazones y las razones perdidas, las necesidades hermanas de la mía, imploro a la probabilidad que falle a mi favor, en un mundo con tantas personas se están fragmentando las almas.
Somos sujetos juzgables, ¿quién nos ha hecho materias comparables?

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