viernes, 4 de agosto de 2017

Uno menos

Es una sensación vieja pero de vez en cuando florece, como una herida, como un hueso reacciona al frio cuando se fractura, aun después de años de haberse quebrado, y es que pensando en la profundidad de la cultura y el tiempo en que vivimos, tan miserable y lejano, no pida esperar más la traición llega sin poder vitarlo, siempre como un golpe bajo, un balde de agua fría, y de repente el culpable eres tú, tu falta de atención de falta de visión, y ya lo decía mi amiga siempre espera lo peor para que no te sorprendas, libra en tú mente todas la posibles batallas para que ninguna te tome por sorpresa, y es que ahora es tan fácil el acceso a la desinformación al vacío y la desolación, solo una llamada basta para sentirse solo, y un mensaje sin responder para ser miserable  una y otra vez, una pantalla donde toda la historia se pueda ver, se pueda leer.


Tanta miseria nos devuelve eso en sus acciones, no debería  decir que tengo la razón pero es inevitable saber y ver que está sucediendo, que somos simples y predecibles, fáciles de leer pero fáciles en hacernos creer, creí que vendría por ser un día especial, creí que estaría porque siempre estuve, tan inútil esperar, tan inútil tratar de hacerlo cambiar, y tan inútil aceptar esa cita que finalmente solo será una sonaja entre miles, un recuerdo de que no será lo que necesitaba y de que nunca llegara por más que espere.


Ese encanto desperdiciado, deberá ser monetizado, las horas pasan consumiendo la sonrisa, la piel y la paciencia, el rostro refleja el interior y con la edad es inevitable engañar los años apresantes y desgastantes.

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