Por miedo a que los ojos pierdan su brillo. Me libero de las alas asignadas.
Consternado por la injusticia del importuno paso del tiempo en esta asfixiante vida.
De los amores invisibles que solo son perceptibles en su máximo punto de agonía. Por las alas ajenas con las que surco este infierno. Corro tratando de cumplir los sueños que he robado pues he nacido despierto y mis párpados los ha devorado el demonio que me azota contra el suelo para mostrarame la realidad.
Mi piel se ha llenado de espinas, aun queda parte de mis escamas y mi corazón se enfría, lo que antes era sangre ahora es sabia que recorre mi cuerpo y se mineraliza, mi raíz corrosiva solo busca penetrar en toda fuente de energía buscando nutrientes para alimentar la fantasía que me aferra a esta existencia, absorbo cada partícula de luz esperanza y flujo de agua, protejo mi centro inestable extendiendo follajes espesos de violento desenfreno, racimos de flores que mienten, seguridad mortífera y de apariencia invasiva, mis frutos son sinceros e infames la delicia que lleva siempre dentro la semilla de la consecuencia del futuro, para siempre completar lo que me hace vital.
domingo, 22 de enero de 2012
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