Las letras últimamente están mas revueltas, por no hablar de
ideas, sigo acá de vuelta a una antigua lucha con mis sensaciones que me revuelven
aun mas la mente. De forma recurrente me veo atrapado en la idea de ser honesto
para evitar ese vestigio de culpa que a veces me agobia, y me encuentro perdido
por que no puedo definir el limite entre decir la verdad o querer regocijarme
en el cinismo que me genera placer desde hace ya tiempo.
Las necesidades afectivas han sido desplazadas por la enorme
hambre de tranquilidad, de paz. Pero de igual forma no puedo definir entre donde
termina la necesidad y donde empieza a ser necedad, al igual que la
tranquilidad cuando pierdo el norte y la confundo con el confort de no sentirme
comprometido.
Sigo anhelando un romance, un enorme romance adolescente, y
de manera lastimosa veo que no podría volcarme por completo a una fuente, mis sensaciones
ya no son tan fuertes, creo que amar se ha vuelto cansado, y no he encontrado
una piel que me haga vibrar por completo o por mas de unos cuantos encuentros. La
soledad me abraza de una forma tan arropadora, sin manías, sin frases
hirientes, sin pasados latentes, y con el silencio más encantador. No hay que
preocuparse por ser responsable de sus sentires y ni de estar en alerta sobre
cuando dejara de ser títere.
Y me daba miedo que mis palabras ya no rimen, y me da terror
no encontrar la coherencia, ver como paso de un tema a otro que parece no tener
relevancia, pero así es ahora la existencia en la que me veo envuelto, en cada
uno veo mi reflejo, y es que somos tormentas de adultos y nadie te cuenta como
es cargar con ese bulto, preferimos hablar de nuestros logros y de lo que
podemos controlar y poseer, estamos
agarrados con las uñas de los pies, me daban miedo los mareos pero ahora me
dejo ir con la esperanza de que o volver lento, hay cansancio de desear y de
esperar, hay heridas que se limpian con la calma y visitar el mar, hay amigos
que sigo recordando pero no me recuerdan más, pasa el tiempo y sigue doliendo y
es que no me di cuenta de que había que soltar, pues eran amores de verdad.
Trato de liberarme de la idea de mi fracaso, pues no veo
claros los parámetros del éxito. Me siento libre de mi libido, pues también me
he cansado, el sexo se volvió mecánico. Me siento lleno de ansiedad como si de
verdad anhelara la decadencia inminente del futuro.
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