Y después de todo volvió, sin saber cómo la fiebre no paso,
como se supone que debía ser la distancia no cambio nada, todo seguí y volvimos
a estar juntos después de todo, también supe que no existiría el perdón, pero había
que dejar atrás nuestro pasado para continuar, pero un oscuro embrión seguía gestándose
dentro de mi trataba de ignorarle, pero definitivamente sabía que en algún
punto tomaría mi cuerpo por completo, siempre lo supe, sabíamos mentir, ¡claro!
En algún momento él estaría tremendamente vulnerable, y después
de todos esos meses deje que tomara el poder, me preparé, todo ese tiempo fue
una vacuna a mi vulnerabilidad y su indiferencia. Me sentía orgulloso cuando me
tragaba mis palabras y mis reclamos, poco a poco fue pasando la ira y me quede inmóvil,
sereno, inamovible.
Después de largos días el momento se presentó, sin
anunciarse era casi media noche una vez mas llevaba horas esperando a que
llegara, en casa buscando pasar el tiempo y la ansiedad, escuche su voz y
cuando abrí la puerta estaba sangrando, me sorprendió pero no puedo negar el gusto
que me dio verle lastimado, supe que era el momento, me pidió que le acompañara
a su casa en el camino me contaba su dolor y la causa, sus preocupaciones
absurdas, una carcajada interna me mantenía distante, fue ahí antes de girar a
la calle más oscura, dos tipos se acercaron y era claro que algo malo estaba a
punto de pasar, mientras no trataban de amedrentar con na serie de palabras, vi
cuando uno de ellos saco un arma, cortó cartucho y fue ahí cuando me decidí lo
tome y lo puse al frente lo empuje lo más fuerte que pude y corrí, corrí lo más rápido y desquiciado que pude,
unos segundos después escuche el disparo, y me sentí liberado, me sentí vengado,
me sentí en calma…