Después de días y días, largos susurros largos términos largas
noches y aún más elásticos días, las sombras que me envolvían y me opacaban la
mirada fueron absorbidas desde lo más profundo de mi espíritu se incorporaron a
mi tan profundamente, imprudentes me apaciguaron, me rindieron ante un dios
extraño tan enorme que la mirada no me alcanzaba cada que presentía divisarla, rompió
esquemas y conceptos de cada uno de los que me rodeaban termino con mi soledad
distanciada y me sumergí en mi soledad autorealizada, un encuentro brutal con
la verdad más a allá del bien y del mal, más allá de los deseos implantados y
de las expectativas de mis concebidos involucrados.
Sin duda pensé que le amaba, sentí que le necesitaba, pero
esa sensación de estar ahogado se terminó una noche de pronto y comenzó un
nuevo suplicio, una adicción desmesurada, había encontrado rostros soñados a mi
alcance, hombres que me cautivaban con sus cuerpos, presencia, sonrisa y
miradas. Fantasías encarnadas, la formula exacta estar enamorado por unos
instantes queda corto para describir esos instantes, de verdad les amaba, los
añoraba, eran cargas de vidas pasadas, ensoñaciones que satisfacían una sed que
estaba pero jamás extrañaba. El cruce de las miradas sus cuerpos un aroma que
me impregnaba, me desborda ahora su deseo extenso y sincero solo por unas horas
vivía lo que durante años soportaba y armaba, una máscara caía y deja al
descubierto mi mirada, el caos es ahora una deidad que celebro y mi fe está en
un centro que parece ser el corazón de este y muchos universos el amor es una
serie de sucesos y derrames químicos, una receta de alquimia y un puño de polvo
que llena y alimenta la magia, las corrientes lo traen pero nada lo atrapa,
nada lo en el tiempo lo ata y su invocación es solo cuestión de extras
coincidencias y etapas vivo tranquilo por una noche sin esperarlo se encuentra
fugaz y etéreo, se alimenta del mí y mi más hermoso misterio. Sentí sus amores y no los quiero más la figura
humana es una carga que no puedo soportar ni incorporar a mi sello, vengo y voy
como todos los presentes en la historia sin final siglos y siglos volviéndonos a
encontrar seguramente la próxima venida terrenal volveremos a rozar.